Cuando empecé a aprender danza árabe la verdad no se me cruzó por la cabeza que algún día yo podría transmitir ese conocimiento a otras personas, mi intención era simplemente bailar y ya, tomarlo como algo para mi y claro, con el paso del tiempo también entró a formar parte de esto el hecho de hacer presentaciones, salir a un escenario y sentir esa emoción tan grande que se siente cuando eso sucede.
Pero como en la vida las cosas no están escritas por completo y ella nos va llevando poco a poco por diferentes caminos, llegó un momento de mi vida en que esa inquietud por enseñar empezó a florecer, al comienzo fue en la academia en la cual aprendí y lo hice con niñas, la verdad, la experiencia me gustó pero luego sucedieron muchas cosas que me hicieron parar todo lo de la danza. El hecho es que después de muchos años y un largo proceso interno por fin se dio una oportunidad diferente y empecé a enseñar.
A lo largo de este proceso, me empecé a dar cuenta que la enseñanza es una ruta de doble vía, que uno no está simplemente transmitiendo conocimiento sino que también recibe muchas cosas, que muchas veces más que tener un tipo de conocimiento que se enseña a otros lo importante es ese diálogo que se da con quienes están aprendiendo, es una cuestión de escuchar, de fluir, de dejarse llevar por el proceso y de sacar lo mejor de él. Al enseñar también he ido aprendiendo sobre el baile y sobre mi, pero lo más curioso es que el hecho de enseñar también me llevó a aprender otras cosas (de hecho de ahí surgió la decisión de aprender Bollywood y Danzas Clásicas de la India) lo cual ha ido enriqueciendo todo el proceso y creo que eso también se ve de alguna forma reflejado en las clases y en la forma en que ahora veo la danza.
También con todo esta experiencia me he dado cuenta lo mucho que he aprendido de mis alumnas, cada una de ellas me ha enseñado algo, me ha transmitido algún tipo de conocimiento, me ha hecho reflexionar, pensar cómo hacer las cosas para mejorar y me ha hecho ver que cada persona con la que te cruzas en la vida tiene algo importante que enseñarte, la verdad yo más que alumnas, las considero amigas, compañeras de viaje en este aventura de la danza y eso me alegra.
Así que bueno, espero seguir con este proceso, poder crecer cada vez más y sobre todo nunca dejar de aprender cosas nuevas, esa es la gracia de la vida, esa es la bendición que tenemos al estar aquí, tener la oportunidad de aprender día a día y mucho mejor si se puede hacer en compañía.
2 respuestas a “Al Enseñar También se Aprende”
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