Existen muchas formas de acercarse a lo femenino pero una de las más especiales es la danza, sobre todo porque a través de ella se puede explorar y al mismo tiempo expresar todo el mundo interno que se conectan con lo que es ser mujer.
En las danzas orientales este aspecto se ve con mayor claridad porque cuando se hacen con consciencia se puede ganar mucho desde el aspecto femenino, se puede rescatar ese sentir que no es sólo sensualidad sino también el poder interno que tenemos como mujeres, la expresión de nuestro yo más profundo y la confianza que se gana cada vez que se baila.
En un inicio muchas de las danzas orientales tenían un aspecto netamente femenino que con el tiempo aún se conserva pero que se ha ido transformando. El punto es que sin importar la época, estas danzas han sido una herramienta fundamental para que la mujeres entremos en contacto con nuestro ser femenino, no porque con otras danzas no se pueda, sino porque en éstas al ser la mujer la protagonista y dueña de su propia expresión invita a comunicarse con el mundo interno de cada una y de todas al mismo tiempo.
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