Dentro de todas las artes existen acuerdos, algunos se dan por sentados mientras que en otros hay un ente regulador de los mismos. Igual pasa con la danza pero a veces parece que la línea entre lo que se debería hacer por respeto a la comunidad (maestros, bailarines, alumnos, etc) y lo que realmente se hace, se difumina o se pierde.
En mi concepto la ética en la danza abarca desde la transparencia con que se hacen eventos, clases, talleres, presentaciones, etc, hasta el trato que se le da a las personas que nos rodean. Por supuesto este tema es tan extenso que podría hacer muchos artículos al respecto pero quiero centrarme en algunas de las cosas que he visto a lo largo de todos mis años en la danza.
Lo primero es mencionar que lo que debe primar en toda relación dentro de la danza debe ser el respeto, y este va en diferentes direcciones, respeto de los alumnos a los maestros, respeto de los coreógrafos y directores hacía los bailarines y viceversa, pero desafortunadamente a veces parece que eso no se tuviera en cuenta y todo se rigiera por la ley de “sacar provecho a costa de”. He visto muchos casos en que los maestros en su afán por el negocio terminan cobrando cosas realmente absurdas y ni que decir de los alumnos que después toman como propias todas las enseñanzas que adquirieron, sin siquiera agradecer a quienes los formaron o darles el debido crédito.
Lamentablemente he visto también muchos casos en que en vez de trabajar en equipo para crear una comunidad sólida y grande, todo se empieza a volver chisme, habladurías y enemistades, de verdad que es muy triste que la base de todo esto sea el querer aprovecharse de los demás, el trabajar desde el ego y no desde lo hermoso que tiene la danza.
Como bailarines tenemos la responsabilidad de empezar por nosotros mismos, de transmitir el conocimiento que tenemos con amor, con honestidad y transparencia, también debemos recibir todo conocimiento con respeto y humildad, tener disciplina y ponerle corazón a las cosas que hacemos sin que nuestro objetivo principal sea pasar por encima del otro, al contrario, nuestro objetivo debería ser construir y generar redes de apoyo. La danza es una herramienta demasiado hermosa como para dejarla enlodar con el ego, las peleas y el afán de querer sobresalir sólo por el hecho de sobresalir y en eso todo podemos poner nuestro grano de arena si hacemos las cosas con conciencia.
Otros artículos de tu interés:
[mejorcluster categories="1" skip_desc="yes" title_tag="h3" imagesize="medium" grid="3" maxitems="6" exclude="self"]