Durante toda mi experiencia reciente con la danza he comprobado, no sólo en los demás, sino también en mi misma cómo la danza puede ser un medio de sanación.
Bailar le brinda al cuerpo no sólo beneficios físicos sino, sobre todo y lo más importante, la oportunidad de sanar a un nivel más profundo porque cuando entramos en contacto con la danza podemos ir más allá de nuestro ser. Algunas veces no nos damos cuenta de este proceso pero con la convicción de que así será y con la constancia podemos ver cómo la danza va transformando nuestra vida.
La danzoterapia o terapia con la danza es una forma de acercarnos a nuestro yo real y si bien usamos la parte física, nuestro cuerpo y emociones para ello, los efectos se ven en un plano diferente, más profundo e importante.
En el caso específico de la danza árabe o la danza de la India, hay un aspecto que beneficia específicamente a nuestro lado femenino, que no tiene porque estar relacionado directamente con el género, son más bien una serie de cualidades como el poder de la transformación, la tranquilidad, la calma y la sabiduría intuitiva que se empiezan a manifestar en nuestra vida cotidiana.
En cuanto problemas específicos de cuerpo, la danza árabe ayuda con todos los problemas de cólicos menstruales, del sistema reproductor femenino, de cambios abruptos de ánimo y nos lleva a aceptarnos como mujeres plenas en todos los sentidos. Por otro lado, la danza de la India es la forma por excelencia de tratar todos los problemas relacionados con la falta de expresión y confianza que finalmente también se pueden terminar traduciendo en enfermedades.
Así que sea cual sea la forma que practiquemos la danza, para que esta se vuelva un medio de sanación es importante ser consciente de ello, dejar que sus beneficios lleguen a nuestra vida, que fluya y que sobre todo disfrutemos el proceso.
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